¿Cuales son tus temores?

viernes, 16 de julio de 2010

"En el amor no hay temor sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor involucra castigo, y el que teme no es hecho perfecto en el amor"
I Juan 4:18

El temor es una emoción propia del ser humano. Es necesaria para su supervivencia porque le indica cuando el peligro esta cerca. Puede nacer de estímulos externos o internos que habitan en su mundo interior como los malos recuerdos, traumas, carencias etc.

Diferentes tipos de temores:

El temor al abandono y al rechazo, temor a la crítica y fracaso, temor al hombre, temor a lo desconocido y a la muerte, temor al futuro, temor a las enfermedades.

Todos estos temores son manifestaciones de desamparo e impotencia porque no podemos tener control sobre la situación. Que bueno cuando algunos de tus temores desaparecen cuando crece la confianza en la fidelidad y poder de Dios, sin embargo algunos temores no desaparecen a pesar de la fé, esto se debe a tus recuerdos y traumas del pasado que han creado inseguridades en tu personalidad.

El temor puede nacer de situaciones pasadas que están reprimidas o de situaciones presentes como la inseguridad, delincuencia o algún problema familiar, también de pensamientos destructivos acerca del futuro y que solo están en tu imaginación y te traen afán, ansiedad y te hacen perder seguridad en tu comportamiento ante los demás provocando complejos y muchas enfermedades sin causa física porque el temor altera tus reacciones físicas, tu metabolismo y tus períodos de sueño.

El temor hace a la persona incapaz para enfrentar la vida. Le pone grandes obstáculos para superarse una persona con temor no se enfrentará a riesgos para crecer ni cambiar porque lo desconocido le produce inseguridad.

Tener un temor específico constante puede desencadenar que se haga realidad porque la mente tratará de construir lo que se tiene presente en los pensamientos. Ejemplo de ello es temer a una enfermedad específica y que esta se desarrolle realmente. En el siguiente versículo vemos esta situación en la experiencia de Job:

"Porque el temor que me espantaba me ha venido, y me ha acontecido lo que yo temía"
 Job 3:25.

Las reacciones ante el temor pueden ser: tratar de huir, evadirlo o paralizarte. En el siguiente versículo vemos como el salmista trata de huir ante el temor que lo invade internamente sin embargo debes saber que la solución no es huir sino enfrentarlo esto solo es posible con Dios porque El habita dentro de tu mente y corazón donde se anida el temor. En el siguiente versículo vemos cómo el salmista se siente agobiado por el temor y la única respuesta que encuentra es huir lejos de la situación. Si la situación es externa esto puede ser una solución, pero si la situación está dentro de tu mente, no importa cuan lejos huyas siempre te acompañará, por eso deberás enfrentarlo.

"Angustiado está mi corazón dentro de mí y sobre mí han caído los terrores de la muerte. Terror y temblor me invaden, y horror me ha cubierto. Y dije: Quién me diera alas como la paloma, volaría y hallaría el reposo", Salmo 55:4-6.

Para vencer el temor debes aferrarte a las promesas de Dios específicas para cada caso y confiar en su poder y fidelidad.

¡Cuantas promesas de Dios para que puedas vencer el temor!

Hay momentos de lucha espiritual donde se establece una verdadera batalla en la que tu voluntad, la calidad de tu corazón y la perseverancia en la fe y en la palabra de Dios, son indispensables para liberarte de las cadenas del temor.

El temor puede ser usado por el enemigo cuando trates de dejar una atadura, un mal hábito o pecado poniendo dudas en tu corazón por eso es muy importante estar decidido a creerle a Dios y a sus promesas bíblicas y no a tus pensamientos negativos que afectan tus emociones y sentimientos. Recuerda que Dios tiene una respuesta para vencer cualquier clase de temor por eso debes escudriñar siempre la Biblia. El Espíritu Santo te dará el pasaje bíblico o versículo que necesitas y que debes interiorizar en tu corazón.

Sentir temor en situaciones peligrosas reales es normal, pero estar atado al temor te impide libertad interior.

Cuando estés en esa situación debes recordar lo siguiente:

"El Señor es tu guardador, El Señor es tu sombra a tu mano derecha",
Salmo. 121:5.

Por eso es muy importante confiar plenamente en Dios. Debes recordar, para vencer, que no estás solo pues cuentas con la presencia de Dios cuando duermes y cuando estás despierto: ¡Siempre! Si temes debes permitir que Dios trabaje en tu corazón y te perfeccione en su amor. Para eso es necesario que confíes Él tiene el control de todas las cosas en tu mundo interior y el mundo que te rodea para ser libre del temor debes enfrentarlo y declararle la Palabra de Dios específica que tiene poder para vencer también debes buscar apoyo en la oración y en el compañerismo con hermanos espirituales con una sana doctrina.

Tienes la palabra de poder que vence el temor y te transforma. porque tienes el poder, respaldo, protección de Dios y puedes confiar en El esto es lo que te dice el Señor y debes asumir su palabra para actuar y en temores específicos y momentos de crisis.

Para enfrentar el temor:
"Sal del polvo, levántate, cautiva Jerusalén: "Líbrate, de las cadenas de tu cuello, cautiva hija de Sión", Isaías 52:2.

Para vencer el temor al hombre:
"Yo, yo soy vuestro consolador. Quién eres tú que temes al hombre mortal, y al hijo del hombre que como hierva es tratado; has olvidado al Señor, tu hacedor, que extendió los cielos y puso los cimientos de la tierra, para que estés temblando sin cesar todo el día ante la furia del opresor mientras este se prepara para destruir? Pero, dónde está la furia del opresor?", Isaías 51:12-13

Para vencer el temor a lo desconocido:
"Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente, no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo dondequiera que vayas", Josué 1:9.

Para vencer el temor al fracaso:
"Yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas. Yo te ayudo", Isaías 41:13.

Para vencer el temor a la crítica:
"No temas, sigue hablando y no calles; porque yo estoy contigo y nadie te atacará para hacerte daño porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad", Hechos 18: 9-10.

Para vencer el temor a la enfermedad y la muerte:
"Aunque pase por el valle de sombra y de muerte, no temeré mal alguno, porque tu estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden aliento", Salmo. 23:4.


Otros versículos que hay que recordar:

"Jehová es mi luz y mi salvación, de quien temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida, de quien he de atemorizarme?", Salmo 27:1.

"Abba Padre porqué no me has dado espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor sino de adopción por lo que clamo Abba Padre", Romanos 8:15.

"No me has dado espíritu de cobardía, sino de poder, amor y dominio propio", 2a Timoteo 1:7.

"Me gozaré y me alegraré en tu misericordia, porque tu has visto mi aflicción, has conocido mi alma en las angustias y no me entregaste en mano del enemigo, hiciste que mis pies se posasen en lugar espacioso", Salmo 31: 7-8.

"He aquí Dios es salvación mía, me aseguraré y no temeré, porque mi fortaleza y mi canción es Jehová, quien ha sido mi salvación para mí", Isaías 12:2.

"Dios fortaleza mía, roca, valuarte, libertador, refugio, escudo, cuerno de mi salvación, altura inexpugnable", Salmo 18:1-2.

"Él está en medio de mí y es guerrero victorioso", Sofonías 3:17.

" Porque ha oído la voz de mis suplicas, el Señor es mi fuerza y mi escudo. En el confía mi corazón, y soy socorrido, por tanto, mi corazón se regocija y le daré gracias con mi cántico", Salmo 28:6-7.












Manda a otro Señor...

jueves, 1 de julio de 2010

Lectura bíblica: Éxodo 3:11-13 y 4:1-13.
El mandato que el Señor le dio a Moisés no fue una tarea pequeña. Egipto era el imperio dominante en todo aquel territorio. Era una nación pagana, y faraón tenía la autoridad catalogada como “divina”. Cada nación en el mundo conocido entonces vivía atemorizada de faraón, el emperador de Egipto.

Cuando Dios le dijo a Moisés que fuera a Egipto y le dijera a faraón que dejara ir a Su pueblo de alrededor de tres millones de personas que vivían bajo su esclavitud, la respuesta inmediata de Moisés a causa de su propia humanidad e incapacidad fue una de muchas excusas. Sin embargo la reacción de Moisés no deja de ser similar a las diferentes maneras que nosotros mismos le respondemos a Dios cuando El nos llama.

Primera excusa: ¿Quién soy yo? Éxodo 3:11

El tenía el mismo problema que nosotros tenemos hasta que no nos rendimos a los pies de Jesús. No sabía quién era. Y por lo tanto tenía una falsa imagen de si mismo, al diablo le gusta engañarnos hablándonos en nuestra mente cosas falsa, como por ejemplo: “nunca llegaras a nada”, ”eres un inútil nada te sale bien”, “tu no sirves para esto”, ”además ¿quién eres tú?, etc.
Sin embargo debes saber algo. Si has llegado hasta aquí es porque la zarza está ardiendo para ti. El Espíritu Santo te capacitará para llevar a cabo el llamado que Dios te hace hoy. Tienes que despojarte de las mentiras que te han hecho sentir fracasado tantos años y empezar a creer y declarar lo que Dios ha hecho en tu vida. ¿Qué quién eres?… ¡Un hijo de Dios! ¡más que vencedor en Cristo Jesús!.

Segunda excusa: “Quién eres Tú?” Éxodo 3:14

Tan impactante fue la presencia de Dios, que a Moisés se le olvidó toda la historia religiosa de su pueblo en la cual su propia madre lo había criado. Cuando el encuentro con Dios es verdadero, ninguna religión te sirve de nada. Allí sale a luz nuestro pecado y la santidad de Dios. Allí reconocemos que no sabemos nada de Dios. Ese día Dios se reveló a Moisés y su vida fue transformada. En minutos él tuvo las dos respuestas que había buscado por ochenta años!!! Quién era él. Y lo mas importante quién es Dios.

Tercera excusa: “No me van a creer” Éxodo 4:1

Cuantas veces no hemos hablado a otros de Jesús por miedo, porque escuchamos esa voz que nos dice: “no hables, no te va a creer, vas a hacer el ridículo” y así le ponemos excusas a Dios nunca estamos dispuestos a pagar el precio por miedo. Pero la palabra de Dios declara: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.” 2a Tim. 1:7. recuerda... ¡Eres mas que vencedor en Jesucristo!

Cuarta excusa: “Soy torpe para hablar” Éxodo 4:10

Cuantas veces hemos dicho “Señor tu sabes que no tengo estudios, que apenas se leer y escribir” “Es que a mi me da terror hablar en público” “me tiemblan las piernas por que la gente me esta mirando” Excusas, excusas, y excusas. El profeta Isaías aprendió a confiar en el Dios que amaba, el dijo: “El Señor Dios me ayuda, por eso no soy humillado, por eso como pedernal he puesto mi rostro, y sé que no seré avergonzado” Isaías 50:7.

Quinta excusa: “Señor, envía a otro” Éxodo 4:13

Esta es la peor excusa de todas, ojalá que ninguno de nosotros perdamos la oportunidad en este día de decirle al Señor, “heme aquí, estoy dispuesto” Lo contrario es como despreciar la obra de Cristo a nuestro favor en la cruz. Lo grave de esta excusa es que realmente Dios puede enviar a otro, claro que si, y sabes que? El seguirá siendo Dios, la otra persona que si acepte el llamado será doblemente bendecido y el único perdedor serás tu.


“Aviva el fuego del don de Dios”

2 Timoteo 1: 6 “Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos.”