No es el final...

miércoles, 5 de mayo de 2010

Aunque hayas o estés atravesando un momento frustrante, agobiante o algo desesperante…
Quiero que sepas que no es el final, apenas comienzas la avanzada hacia la ruta trazada, hacia el sendero que Dios marcó. Puede que parezca inverosímil y que cansado de tanto luchar pienses que ya no tendrás fuerzas. Pero no desfallezcas que esto es solo una prueba. Pese a que sientas que vivir te está cansando demasiado, no dejes de luchar. Porque la espina tiene su rosa y cada ave encuentra su nido. Porque la oruga se convierte en mariposa. Porque el desierto tiene palmeras y la hormiga su casa con alimento. Sé que no es fácil tratar de seguirlo intentando porque se agotan las fuerzas y los ánimos decaen. De hecho es más fácil decirlo que hacerlo. Pero hay que poner en práctica las cosas que decimos que creemos.
Todos los días ocurren milagros y pasan cosas asombrosas.
Y hay tantos ejemplos de personas que aunque sintieron que la presión casi explotaba su corazones, pero pese a todos los factores negativos y cosas malas que estuvieran pasando a su alrededor, hubo algo que nunca dejaron de hacer… ellos lo intentaron una y otra vez. Persiguieron sus sueños y sus ideales porque creyeron que había un propósito con ellos.
Si ante la persecución de Saúl, David hubiera sucumbido, jamás hubiera logrado ser el rey de Israel. Si Bartimeo no hubiese clamado a voz en cuello y con gran insistencia: “¡Jesús hijo de David, ten misericordia de mí!”, jamás hubiera recibido la vista. Si Eliseo no hubiera atrapado el manto, no hubiera conseguido esa doble porción. Si la mujer con el flujo de sangre no se hubiera metido entre la multitud y hubiese tocado el manto de Jesús, no hubiera recibido su sanidad. Pero todos ellos y tantísimos más, caminaron la milla extra. No usaron como excusa su problema ni impedimento, de hecho su necesidad los acerco más a recibir aquello que buscaban. Todo por cuanto quieras alcanzar, hay que lucharlo. Si piensas que es el final, no estarás listo para los nuevos comienzos. No estarás receptivo para poder aprender lo que Dios quiere enseñarte a través de tu travesía por esta vida.

Por tanto, refuerza tus lomos, se muy valiente, cíñete del poder de Dios y comienza a contar y a declarar en fe las bendiciones que estás por recibir.

Autora: Brendaliz Avilés

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